La belleza ama los lugares abandonados
Sólo en la soledad puedes descubrir el sentido de tu
propia belleza. El artista divino no envió a nadie aquí desprovisto de la
hondura y la luz de la belleza divina. Ésta suele quedar oculta detrás de la
fachada gris de la rutina. Tu belleza se te aparecerá en la soledad. En
Conamara, donde abundan las aldeas de pescadores, tienen el siguiente dicho: Is
fánach an áit a gheobfá gliomach, es decir, «En el lugar inesperado o
descuidado encontrarás la langosta». En los rincones y recovecos abandonados
de tu esquiva soledad hallarás el tesoro que siempre has buscado en otra
parte. Esto dijo Ezra Pound: «La belleza se complace en evitar el resplandor
deslumbrante. Prefiere los lugares abandonados, porque sabe que sólo allí
encontrará la clase de luz que repite su forma, su dignidad y su naturaleza.»
En cada persona reside una belleza profunda. La cultura moderna está
obsesionada por la belleza artificial. Ha estandarizado la belleza y la ha
convertido en un producto de venta más. En su sentido real, la belleza es la
iluminación de tu alma.
El alma contiene una linterna que vuelve luminosa tu
soledad. Ésta no tiene por qué ser abandono. Puede despertar a su tibia
luminosidad. El alma redime y transfigura todo porque es espacio divino. Cuando
habitas plenamente tu soledad y experimentas sus extremos de aislamiento y
abandono, encontrarás que en su centro no hay abandono ni vacío, sino intimidad
y refugio. En tu soledad sueles acercarte más a la comunión y la afinidad que
en tu vida social o en el mundo público. En este nivel, la memoria es la gran
amiga de la soledad. Cuando ésta madura, comienza la cosecha de la memoria.
Wordsworth lo resume en su reacción al recuerdo de los narcisos: «A menudo,
cuando estoy tendido en el sofá/con ánimo ausente o meditabundo/se aparecen al
ojo interior, /que es la dicha de la soledad».
Tu personalidad, creencias y función son en realidad
una técnica o una estrategia para atravesar la rutina diaria. Cuando estás
librado a tus propios medios o cuando despiertas durante la noche, puede
aflorar el conocimiento verdadero. Puedes intuir el equilibrio secreto de tu
alma. Cuando recorres la distancia interior hasta lo divino, la distancia
exterior desaparece. Paradójicamente, la confianza en tu comunión interior
altera drásticamente tu comunión exterior. Si no encuentras comunión en tu
soledad, tu anhelo exterior seguirá sediento y desesperado.
Anam-cara Libro de la Sabiduria Celta.
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