Cómo transmitir el magnetismo
El Gran Hipnologo Franz Anton Mesmer Siglo XVIII
Al igual que ocurre con la imantación de un metal, el magnetismo humano es
transmisible por tres medios que son:
Por contacto directo entre dos personas
Por intermedio de objetos.
A distancia, sirviendo de conductores las fuerzas sutiles que circundan
la tierra.
Estos tres medios sufren diversas variantes según el procedimiento que se
emplea y los centros de emisión magnética de que se hace uso. Indicaremos
a continuación las formas más sencillas.
Magnetización por contacto
Difiere la forma de magnetizar según se trate de una persona o de un
objeto. En ambos casos el proceso se reduce a impregnar de magnetismo el
cuerpo que queremos magnetizar, al mismo tiempo que concentramos nuestro
pensamiento en el objetivo que se desea conseguir. La impregnación se
realiza más intensamente cuando sostenemos, por ejemplo, nuestra mano
sobre el cuerpo que deseamos magnetizar hasta que se establece entre ambos
la misma temperatura. Establecida esta temperatura, llega un instante en
que prácticamente sentimos la sensación de que la mano y el objeto forman
un solo cuerpo, y en realidad, ambos se comunican. Llegado ese instante,
concéntrese la atención en la mano y visualícese que la energía magnética
fluye por ella y penetra el cuerpo sobre el que está colocada. Mientras se
hace esto, deséese con intensidad el objetivo que se quiere conseguir.
Cuanto más tiempo se permanezca en esta posición, mayor será la
impregnación que se logra, pero una media hora es suficiente. Puede
realizarse la operación con una mano solamente, pero será mejor que se
coloquen ambas, la una sobre la otra, ejerciendo con ellas una ligera
presión. Antes de retirar las manos, procúrese cerrar los dedos sobre las
palmas y alejarlas lentamente. Este método es especialmente aplicable a la
magnetización de objetos o con fines curativos. Mayores resultados puede
conseguirse combinando la magnetización por contacto y la indicada a
continuación.
Magnetización sin contacto
Realízase por medio de pases, en forma parecida a como se produce la
imantación de un objeto por medio del imán artificial o la piedra-imán, ya
sea con contacto o sin contacto. Antes de iniciar los pases conviene
sostener las dos manos sobre el objeto durante unos minutos, con los dedos
extendidos, pero sin esfuerzo, y los pulgares cercanos, sin tocarse.
Después de permanecer así unos minutos, durante los cuales se debe pensar
que se establece comunicación entre las manos y el objeto, se comienza a
hacer pases lentamente, abriendo y doblando un poco los dedos como si
tratásemos de acariciar una cabellera. Cuando llegamos al extremo,
cerramos las manos, juntando los dedos sobre la palma y las retiramos a
una distancia regular, para volver a abrirlas sobre el extremo opuesto,
repitiendo la misma operación durante el tiempo que fuere necesario.
Mientras se hacen los pases debe visualizarse y alimentar el deseo
indicado en el procedimiento anterior. Ambos procedimientos, combinados,
primero el contacto y después los pases, dan resultados más intensos que
separadamente.
Magnetizar agua
Tómese el agua, lo más limpia posible (mejor aún si está filtrada) y, en
un lugar limpio, déjese caer a chorro, desde una altura de unas diez
pulgadas, de forma que le dé el sol, recogiéndola en un vaso de cristal.
Repítase esta operación de 10 a 20 veces. Seguidamente, puesta en la jarra
o botella en que se desea presentar al paciente, sosténgase entre ambas
manos, teniendo una de cada lado sin que se toquen, y visualícese que la
energía magnética penetra en el agua y la vitaliza. Separadas las manos,
se le dan pases de arriba a abajo a la vasija., en la forma indicada en
«Magnetismo sin contacto» y se contempla con intensidad, deseando
impregnarla de la energía especial que el enfermo necesita para vitalizar
su organismo. Esta agua cambia totalmente de sabor y produce considerables
beneficios a toda clase de enfermedades.
Hermes Trismegistro.
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