CUIDADO CON TUS PALBRAS
Te
propongo que pongas atención a todo lo que tú decretas en un solo día. Vamos a
recordártelo. "Los negocios están fatal". "Las cosas andan
muy mal". "El mundo está perdido". "El tráfico está
imposible". "El servicio está insoportable". "El tiempo está fatal". "No dejes eso ahi porque te lo van a
robar". "Los ladrones están asaltando en todas las esquinas".
"Tengo miedo de salir". "Mira que te vas a caer".
"Cuidado que te matas". "Te va a pisar un coche".
"¡Vas a romper eso!". "Tengo muy mala suerte". "No
puedo comer eso, me hace daño". "Mi mala memoria...", "mi
alergia...", "mi dolor de cabeza...", "mi
reumatismo...", "mi mala digestión...”.
No te
sorprendas ni te quejes si al expresarlo lo ves ocurrir. Lo has decretado. Has
dado una orden que tiene que ser cumplida. Ahora recuerda y no olvides jamás,
cada palabra que pronuncias es un decreto. Positivo o negativo.
Si es positivo se manifiesta en el bien. Si es negativo se te manifiesta en mal, si es contra el prójimo es lo mismo que si lo estuviera decretando contra ti. SE TE DEVUELVE. Si eres bondadoso y comprensivo hacia el prójimo, recibirás bondad y comprensión de los demás hacia ti. Y cuando te suceda algo molesto, negativo, desagradable, no digas "¡Pero si yo no estaba pensando ni temiendo que me fuera a suceder esto!". Ten la sinceridad y la humildad de tratar de recordar en cuáles términos te expresaste de algún prójimo. En qué momento salió de tu corazón un concepto viejísimo, arraigado allí, que tal vez no es sino una costumbre social como la generalidad de esas citadas más arriba y que tú realmente no tienes deseos de seguir usando.
Si es positivo se manifiesta en el bien. Si es negativo se te manifiesta en mal, si es contra el prójimo es lo mismo que si lo estuviera decretando contra ti. SE TE DEVUELVE. Si eres bondadoso y comprensivo hacia el prójimo, recibirás bondad y comprensión de los demás hacia ti. Y cuando te suceda algo molesto, negativo, desagradable, no digas "¡Pero si yo no estaba pensando ni temiendo que me fuera a suceder esto!". Ten la sinceridad y la humildad de tratar de recordar en cuáles términos te expresaste de algún prójimo. En qué momento salió de tu corazón un concepto viejísimo, arraigado allí, que tal vez no es sino una costumbre social como la generalidad de esas citadas más arriba y que tú realmente no tienes deseos de seguir usando.
Conny
Méndez
Comentarios
Publicar un comentario