EL DON HERIDO
Uno
de los grandes poderes del amor es el equilibrio, que nos ayuda a alcanzar la
transfiguración. Cuando dos personas se unen, un círculo antiguo se cierra en
tomo de ellos. Asimismo, no llegan a la unión con manos vacías, sino repletas
de obsequios. Con frecuencia éstos donde están heridos; entonces despierta la
dimensión curativa del amor. Cuando amas de verdad a otro, lo baña la luz de tu
alma. La naturaleza nos enseña que la luz del sol hace crecer todas las cosas.
Si contemplas las flores en un alba de primavera, verás que están cerradas.
Cuando las toca el sol, se abren confiadas y se entregan a la nueva luz.
Cuando
amas a una persona que está muy herida, una de las peores cosas que puedes
hacer es convertir su dolor en objeto de discusión. En estos casos, una extraña
dinámica despierta en el alma. Se vuelve un hábito, una pauta re-currente. Con
frecuencia conviene reconocer la presencia de la herida, pero alejarse de ella.
Cada vez que tengas la oportunidad, báñala con la suave luz del alma. Recuerda que
existen mentes antiguas de renovación en el círculo que los une. El destino de
tu amor jamás depende solamente de los recursos frágiles de las subjetividades
de ambos. Puedes invocar el poder curativo de la tercera fuerza luminosa entre
ambos; ésta puede aportar perdón, consuelo y curación en tiempos escabrosos.
Cuando
amas a alguien, es destructivo raspar obsesivamente la arcilla de tu arraigo.
Es conveniente no interferir en tu amor. Dos personas que se aman jamás deben
sentirse obligadas a explicar su amor a un tercero o el porqué de su unión. Su
comunión es un lugar secreta Sus Almas conocen el secreto de su unión; deben
confiar en ella. Si interfieres constantemente en tu conexión con el otro, con
tu amante o tu anam cara, poco a poco provocas una distancia entre los dos.
Thom Gunn ha escrito un bonito epigrama de dos líneas que se titula Jamesian,
por el nombre de Henry James, el más preciso y sutil de los novelistas. Sus
descripciones constan de finísimos matices e infinitos puntos de vista. Un análisis
tan puntilloso puede volverse obsesivo, hasta el punto de destruir la presencia
lírica del amor.
Su
relación consistía
en
discutir si existía.
Si
enfocas constantemente la luz de neón del análisis y la rendición de cuentas
hacia el tejido blando de tu arraigo, éste se volverá reseco y estéril.
Toda
persona debería dar gracias por el amor despertado en su ser. Cuando sientes
amor por la persona amada y el de la persona amada por tí, deberías buscar
ocasiones para ofrecer ese calor como una bendición para los atribu-lados y
faltos de amor. Envía ese amor al mundo, a los desesperados, a los que padecen
hambre, a los que están encerrados en prisión, en hospitales y en todas las
circunstancias brutales de las vidas desoladas y torturadas. Cuando compartes
esa riqueza de tu amor, éste llega a otros. En él reside la mayor fuerza de la
oración.
En
el reino del amor no hay competencia
ANAM CARA: EL LIBRO DE LA SABIDURIA CELTA - JOHN O´DONOHUE
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