Todo lo que está por dentro, se te reflejando hacia fuera.



Todo lo que está por dentro se te está reflejado por fuera. Y todas las personas que te rodean forman parte de tu mundo. Tú lo convocaste. Existe una asociación vibracional que te atrae lo que emites, todo lo que te es correspondiente con tu frecuencia predominante. Cada persona en tu vida está desempeñando el rol que tu le asignaste de manera inconsciente con el fin de retroalimentarte. Ellos son tus maestros, son los mensajeros que te recuerdan lo que te sucede por dentro para que lo atiendas.

Si deseas saber que estás dando a la vida, al mundo, a los demás, observa lo que estás recibiendo… ¿Que te dice tu exterior, que te está reflejando?... ¿Quién está contigo, que tienes, que te sucede, que te falta, que te molesta?... “El juicio que tú haces hacia el exterior, es el juicio que estás haciendo hacia el interior, hacia ti mismo”... Te estás proyectando... “Si queremos saber cómo nos encontramos por dentro, solo tenemos que observar lo que nos sucede por fuera”... “Si no sabes lo que estás dando realmente, la respuesta te llega con todo lo que estás recibiendo”... Todo lo que nos sucede tiene relación con nuestro estado interno, con la percepción que tenemos de nosotros mismos. No existe separación alguna con lo que sucede afuera...“Todo lo que percibes habla de ti”… Nuestra incomprensión o inconsciencia genera interpretaciones erróneas que nos llevan a dramatizar y el sentirnos victimas. Nuestras creencias toxicas derivan en bloqueos emocionales que nos perjudicarán de diversas formas.

Cuando hacemos mención a que se recibe aquello que damos, no se refiere necesariamente, a todo lo que suponemos compartimos de forma material o afectivamente… sino a la intención que se oculta de manera inconsciente en nuestra acción de dar… Es decir… Que cuando nos sentimos carentes de algo buscamos la compensación, y cuando esto no lo conseguimos nos sobreviene la frustración. En el proceso del dar y crear expectativas estuvo presente la carencia que es reafirmada con la impotencia y enojo, decepción, y tristeza.

Lo que muchas veces nos motiva es la necesidad por ser amados, por recibir reconocimientos, aceptación y nos aterroriza el temor a quedarnos solos porque esto lo asociamos con nuestra falta de valor. En estos casos la vibración predominante en nuestro sistema es de baja frecuencia, por tanto estamos creando expectativas desde la propia carencia. Lo que en apariencia supone a la vista de todos actos generosos, está encubriendo una cadena de necesidades. Esto no es dar, sino condicionar (acto de manipular para satisfacer una carencia). Por consiguiente se cumple la regla universal… La negación de mi valor, es decir, la falta de reconocimiento de mi abundancia atrae más ausencia, abandono y carencias. En la medida que te resistes al reconocimiento de tu propia valía te conviertes en un codependiente frustrado que se siente marginado para vivir la vida que desea.

Lo que percibimos del exterior es un reflejo de lo que predomina en nosotros. Como es adentro es afuera. La proyección es un mecanismo de retroalimentación que no se equivoca… “Nadie puede compartir ni generar lo que no se da a sí mismo”... Si te muestras amable solo para recibir aceptación al tiempo que sostienes una pobre imagen de tu persona (baja autoestima) el universo te devolverá indiferencia y falta de gratitud y consideración. Esto te causara irritación y ofenderá. No obstante tú lo creaste. El solo hecho de dar para recibir expande tu propia carencia. Quedo de todos ustedes amigos.

© Ari Shemoth

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